Los países del mundo intentan desesperadamente evitar en sus territorios una tragedia como la italiana y refuerzan las medidas para frenar la pandemia, comenzando por el confinamiento, que ya afecta a 1.700 millones de personas, e incrementando la búsqueda de tratamientos o vacunas.
La pandemia “se acelera” de manera “desgarradora”, pero se puede “cambiar su trayectoria”, dijo este lunes la Organización Mundial de la Salud (OMS), que preconiza los diagnósticos y las cuarentenas.
El nuevo coronavirus ya se ha cobrado la vida de más de 15.000 personas, 10.000 de ellas en Europa, y ha infectado a más de 350.300 en el mundo.
Las autoridades de más de medio centenar de países o territorios instaron a más de 1.700 millones de personas (de los cuales 700 millones en India) a no salir de sus casas.
En caso de desobedecer estas consignas, los infractores serán multados y en algunos países incluso podrán ir a la cárcel.
Frente al confinamiento, cada uno se organiza como puede para mantener la salud física y el optimismo.
¿Remedio es peor?
Mientras que en Estados Unidos, el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, instó a extender al conjunto del territorio las medidas de confinamiento obligatorias adoptadas en los Estados más afectados, el presidente Donald Trump se desmarcó manifestando sus dudas sobre el efecto de las restricciones y su impacto en la economía.
“No podemos permitir que el remedio sea peor que el problema”, tuiteó.
En China, para prevenir una segunda oleada de contagios por casos “importados” (39 ayer), los pasajeros de vuelos internacionales con destino a Pekín tendrán que hacer una escala previa en otra ciudad china para someterse a exámenes.